¿Cuáles son los mejores tipos de calefacción para casas?

Elegir el sistema de calefacción para nuestro hogar no es una tarea fácil debido a la diversidad de fuentes de energía y a los diferentes tipos de instalaciones que existen en el mercado. Además, debemos tener en cuenta múltiples factores a la hora de elegir un sistema u otro, tales como la zona climática de nuestra vivienda o el uso que vamos a darle a nuestros equipamientos.

Sea como sea, debemos elegir el sistema que mejor se adapte a nuestra casa, a nuestras necesidades y, sobre todo, a nuestro presupuesto. Con este post queremos explicaros los diferentes tipos de sistemas que existen según el tipo de fuente de energía, pero también según el tipo de instalación. No os perdáis todo lo que vamos a contaros porque estamos seguros de que os va a ser de gran ayuda.

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Tipos de calefacción según fuente de energía

El gas natural y la electricidad son, sin duda, las fuentes de energía más utilizadas en los hogares para instalar los sistemas de calefacción. Sin embargo, existen otras opciones que también nos pueden convencer y que os vamos a explicar a continuación.

Calefacción de gas

El gas es la fuente de energía más popular en España y, por ende, el más usado para los sistemas de calefacción en los hogares por ser cómodo, limpio y seguro. Aunque su instalación tiene un precio medio, ya que es más cara que la calefacción eléctrica, es más rentable a la larga. Además, destaca por ser respetuosa con el medio ambiente porque apenas emite CO2.

Calefacción eléctrica

Este es también uno de los sistemas más utilizados en nuestro país, aunque también uno de los más caros al requerir un alto consumo eléctrico. En este apartado se pueden diferenciar varios tipos de calefacción: estufas o acumuladores eléctricos, suelo radiante, emisores termoeléctricos y convectores eléctricos.

Este tipo de calefacción no requiere de un mantenimiento específico y cuenta con la ventaja de que calienta de manera casi inmediata, por lo que son cada vez más las personas que optan por la electricidad como fuente de energía para sus sistemas de calefacción.

Calefacción geotérmica

geotermia para casas

Aunque va ganando cada vez más adeptos, la calefacción geotérmica es bastante desconocida en España. Se trata de un sistema que extrae el calor del subsuelo, por lo que es uno de los medios más ecológicos. Su mayor inconveniente es el coste inicial de la instalación, aunque a medio/largo plazo es bastante más rentable que otros tipos de calefacción, pudiendo ahorrar hasta un 80% en tus facturas. En Geotermia Vertical somos especialistas en este tipo de instalaciones de energía geotérmica.

Calefacción de biomasa

Este es también uno de los sistemas más novedosos en España. Aunque las calderas de biomasa funcionan como las calderas de gas, se diferencian en el combustible. Para su funcionamiento, necesitan un producto natural elaborado a partir de serrín, como es el pellet, mucho más barato y menos contaminante que el gas. El único inconveniente es que requiere de un mayor mantenimiento que la calefacción de gas.

Calefacción por aerotermia

aerotermia para casas

Este sistema de calefacción y refrigeración utiliza la energía contenida en el aire mediante una bomba de calor. Además, este sistema de calefacción es compatible con suelo radiante y con radiadores de baja temperatura.

Calefacción solar

Como su propio nombre indica, este sistema aprovecha los rayos del sol para transformarlos en energía eléctrica y térmica, que luego es convertida en calor para la calefacción o para el agua caliente.

En la calefacción solar podemos diferenciar entre energía solar fotovoltaica o energía solar térmica. En la primera se usan paneles solares para atrapar la radiación solar que se transforma en energía eléctrica. En la segunda, se transforma en energía térmica en lugar de eléctrica.

Tipos de calefacción según tipo de instalación

En este apartado vamos a diferenciar los distintos sistemas de calefacción en función del tipo de instalación. Son los siguientes:

Circuito de radiadores de agua con caldera

Este sistema es perfecto para casas grandes y frías, ya que permite zonificar espacios con menos uso con el consiguiente ahorro de energía. Esta instalación está formada por una caldera de gas que abastece a un circuito de radiadores, normalmente de aluminio por su inercia térmica.

Suelo radiante

suelo-radiante

En esta opción, los radiadores se sustituyen por tuberías de agua caliente o por resistencias eléctricas bajo el suelo, por lo que es una buena opción para viviendas de obra nueva, ya que es necesario levantar el suelo. Este sistema funciona con una caldera que se alimenta de gas, paneles solares o electricidad.

Sistemas de bombas de calor

Con este sistema podemos calentar una sola estancia o puede formar parte de sistemas centralizados. Tiene la ventaja de que proporcionan calor de manera casi inmediata y no necesitan demasiado mantenimiento. Además, si cuentan con tecnología inverter, también podrán ser utilizadas en verano gracias al aire acondicionado.

Calefacción eléctrica por acumulación

La calefacción eléctrica por acumulación es una opción estupenda para tarifas con discriminación horaria, ya que el calor se almacena en el interior de los acumuladores para liberarla cuando se necesita.

¿Cómo escoger el sistema de calefacción?

Después de conocer los distintos sistemas de calefacción según el tipo de energía y según su instalación, llega el momento de decidirnos por uno u otro.

Hay varios puntos que debemos tener en cuenta para instalar un sistema, como la eficiencia energética o las características de nuestra vivienda. La opción elegida debe darnos el máximo confort, es decir, debe aportarnos la temperatura óptima en un chalet o piso, además de contar con una eficiencia que nos permita ahorrar en nuestra factura y disminuir el impacto en el medio ambiente.

Las dimensiones de nuestra vivienda son también un punto importante a tener en cuenta, ya que no es lo mismo un apartamento de 80 metros cuadrados que una casa de tres plantas y muchos más metros.

Por último, también debemos atender a la relación calidad-precio del sistema elegido, ya que hay algunos cuya instalación y mantenimiento requieren de un gran esfuerzo económico que no todo el mundo puede permitirse.