¿Se puede poner suelo radiante en una casa construida?

En el ámbito de la climatización, el suelo radiante se ha convertido en una opción popular por su capacidad para proporcionar una temperatura uniforme y eficiente usando diferentes sistemas. Sin embargo, surge la duda de si es posible instalar suelo radiante en una vivienda ya construida. Este artículo aborda esta cuestión en detalle, proporcionando información clave sobre la viabilidad de integrar este sistema en casas existentes.

poner suelo radiante casa construida

La instalación de suelo radiante sobre suelo existente en una vivienda construida puede ser un desafío, pero no es imposible. Por eso, vamos a explorar las distintas opciones disponibles para adaptar el sistema a construcciones ya existentes, así como los aspectos a considerar para asegurar una implementación efectiva con recomendaciones para facilitar el proceso y maximizar los beneficios del suelo radiante en hogares ya construidos.

¿Es posible instalar suelo radiante en una casa ya construida?

La respuesta sencilla es sí, es posible instalar suelo radiante en una casa construida, aunque tienes que tener en cuenta que va a ser un proceso más complejo que en una construcción nueva, ya que para instalarlo implica el levantar el suelo existente y probablemente cambiarlo para instalar el sistema de suelo radiante.

Además, instalar y poner suelo radiante en un piso o vivienda construida es una opción viable que puede ofrecer una mejora significativa en la eficiencia y el confort del sistema de calefacción. Con las técnicas adecuadas y una planificación meticulosa, se puede integrar este sistema en casas ya existentes para disfrutar de sus numerosos beneficios.

¿Qué debe tener una vivienda para instalar suelo radiante?

Para asegurar una instalación adecuada de suelo radiante en una vivienda construida, es crucial que dicha vivienda cumpla con ciertos requisitos:

Altura libre de la vivienda

La instalación de suelo radiante puede elevar el nivel del suelo, por lo que es necesario verificar que haya suficiente altura en la habitación, mínimo 2.5 metros, para acomodar esta elevación sin comprometer la funcionalidad del espacio.

Altura disponible para suelo

Esto incluye el espacio necesario para el sistema de calefacción, el aislamiento y el nuevo pavimento, unos 9-10 centímetros. Existen opciones de bajo espesor especiales para rehabilitaciones, pero con un coste mayor. También se puede y se recomienda picar o retirar el suelo antiguo para no perder espacio. Además, es imprescindible que el suelo sea capaz de aguantar el peso de la instalación.

Tipo de pavimento

El tipo de pavimento existente o planificado para instalar sobre el sistema de suelo radiante influye en la viabilidad de la instalación. Los pavimentos que conducen bien el calor, son ideales para suelo radiante, los veremos más adelante.

Tipo de generador

El sistema de suelo radiante debe estar conectado a un generador de calor adecuado (caldera, bomba de calor, sistema de energía renovable…) que sean compatibles entre sí.

¿Cómo instalar el suelo radiante en una vivienda ya construida?

suelo radiante y refrescante

La instalación de un sistema de suelo radiante en una casa ya construida, aunque puede parecer complejo, con una planificación adecuada y el enfoque correcto, es totalmente factible. Este es el paso a paso:

Inspecciones en el suelo actual

Antes de iniciar, es muy recomendado tomar muestras en varios lugares del suelo actual para poder verificar la altura disponible antes de comenzar a instalar el suelo radiante.

Acceder a la base del suelo quitando el pavimento

El primer paso en la instalación de suelo radiante es levantar el pavimento existente. Esto es necesario para acceder a la base del suelo y preparar la superficie para la instalación. Dependiendo del tipo de pavimento actual, el proceso puede variar en complejidad. Se necesitan de 8 a 10 cm de altura para integrar todos los elementos de la instalación.

Limpiar la base del suelo

Esto incluye limpiar el área de cualquier escombro, polvo o residuos que puedan interferir con la instalación del nuevo sistema. Además, se debe inspeccionar la base del suelo para identificar posibles problemas estructurales o de humedad que puedan necesitar reparación.

Instalar los paneles aislantes y colectores

Los paneles aislantes se colocan sobre la superficie preparada para proporcionar una base adecuada para las tuberías y mejorar la eficiencia del sistema al minimizar la pérdida de calor hacia abajo. Los colectores, que distribuyen el agua caliente a las tuberías, también se instalan en esta fase.

Colocar de tuberías

Estas tuberías son el componente esencial del sistema de suelo radiante, ya que transportan el agua caliente que proporciona el calor. Las tuberías se deben instalar en un patrón específico, generalmente en forma de espiral o serpenteante, para asegurar una distribución uniforme del calor.

Comprobación de la instalación y vertido de mortero

Antes de cubrir las tuberías, es fundamental realizar una comprobación exhaustiva de la instalación. Después, se procede a verter el mortero sobre las tuberías que actúa como un revestimiento que protege las tuberías y asegura una correcta transferencia del calor hacia el pavimento.

Colocar de nuevo el pavimento

El último paso es colocar el nuevo suelo sobre el mortero seco. El tipo de pavimento elegido para colocar encima del sistema de suelo radiante influirá en la eficiencia del sistema.

¿Qué tipo de suelo es más eficiente en un suelo radiante?

Para obtener el máximo rendimiento de un sistema de suelo radiante, es crucial elegir el tipo de suelo adecuado. Los diferentes tipos de pavimentos tienen capacidades variables para conducir y retener el calor, lo que puede influir significativamente en la eficiencia del sistema.

· Baldosas cerámicas y la porcelana: son excelentes para sistemas de suelo radiante por su buena conductividad térmica. Algo parecido ocurre con el mármol, su capacidad para retener el calor lo convierten en una opción estupenda para maximizar la eficiencia de un sistema de suelo radiante.

· Suelos laminados: ya hay opciones especialmente diseñadas para ser compatibles con sistemas de suelo radiante y pueden ser bastante eficientes. Igual que el vinilo, otro material que ofrece buena eficiencia térmica siendo una opción económica y duradera.

· Cemento u hormigón pulido: puede ser una opción excelente si se busca una solución moderna y duradera. Sin embargo, su capacidad de transferencia de calor puede depender del grosor y el acabado del concreto.

Al contrario que todo lo anterior, conviene evitar la madera maciza por su menor conductividad térmica y porque los cambios de temperatura pueden afectarla madera y colocar alfombras o moquetas por inhibir la transferencia de calor desde las tuberías hacia la superficie del suelo.

¿Con qué fuente de energía funciona el suelo radiante?

El suelo radiante puede funcionar con diversas fuentes de energía, adaptándose a diferentes necesidades y preferencias. Las principales fuentes de energía utilizadas para sistemas de suelo radiante son:

funcionamiento suelo radiante

  • Las calderas de gas calientan el agua que circula a través de las tuberías del sistema de suelo radiante, son eficientes y proporcionan un suministro constante.
  • Las calderas de gasóleo, aunque menos comunes, son ideales donde el suministro de gas natural no está disponible.
  • Las bombas de calor, tanto de aerotermia como de geotermia, son una opción muy eficiente y respetuosa con el medio ambiente para alimentar el suelo radiante. Extraen calor del aire exterior o del suelo y lo transfieren al sistema de suelo radiante.
  • Las calderas eléctricas, aunque no tan comunes por su coste, calientan el agua mediante la electricidad y la distribuyen a través del sistema de tuberías.
  • La energía solar puede integrarse con sistemas de suelo radiante mediante colectores solares que capturan la energía del sol para calentar el agua que circula en el sistema. Suele requerir una inversión inicial más alta en la instalación de los paneles solares y un sistema de respaldo para días nublados o invernales.
  • Los sistemas de biomasa, que utilizan materiales orgánicos, son una alternativa sostenible y renovable adecuada para quienes buscan reducir su impacto ambiental.